PATATAS 🍟🥔
Tras ese divino recubrimiento de pimentón, se ocultan unos bloques de tamaños irregulares, desde S a L 'size', cortados mal adrede. La variedad es Agria, pero parece otra, porque alcanza una melosidad extrema, que se consigue al pochar bien, antes de un chapuzón en aceite más calentito.
SALSA 🌶🔥
El secreto de su éxito es una segunda fase de fritura muy original. En vez de llevarlas del pochado al ataque virulento, se trasvasan a un recipiente con aceite saturado de pimentón murciano picante, a una temperatura más baja de lo habitual, pero durante más tiempo. De esta forma, el aceite penetra unos milímetros en la pulpa e impregna pornográficamente la patata con el pimentón. No se busca una corteza especialmente crujiente, si no un mordisco suave y pringoso.
El manjar se culmina con un manto de suave ajonesa blanquísima, aplicado con cuchara. El comensal recibe el platillo con un gozo que no distingue entre clases, porque es un espectáculo famoso desde los años 70 en toda la ciudad, y que provoca flujos migratorios desde todos los puntos cardinales.
RESEÑA 🍻🍴
Desde 1966 abierto, es ya una tercera generación la que regenta este negocio, el más popular de la calle más popular del tapeo de la gente bien. Decenas de miles de estudiantes se alimentan desde hace lustros de su 'pollito' o sus alcachofas. Y es que, por más que esté situado en zona pija, sus precios son moderados, y la calidad de sus tapas está muy por encima de la media. Mantiene desde hace décadas una sana rivalidad con la otra catedral bravera de la zona noble que, pese a haber generado torrentes de tinta, no parece que sea sangre lo que haya llegado al río. Como mucho, allioli...
1 Comentario
me encantan las bravas..
pero que no lleven ajo