PATATAS 🍟🥔
Para que lleguen así de bonitas en el plato, estas patatitas de la variedad Monalisa (de pequeñitas que son, casi parecen unas Primor), pasan por varias etapas. Primero se hierven, y se dejan reposar. se cortan hasta estar listas para aguantar de pie en el plato y, al llegar el pedido del cliente, se pasan por una intensa fritura, con la clara intención de dejar su piel (que se mantiene en la presentación final) totalmente crocante y su interior tierno.
SALSA 🌶🔥
En la base de las patatas (apenas se ve) hay una salsa verde resultante de emulsionar aceite, perejil, anchoa y alcaparra. Deliciosa, muy italiana, y que sirve de aporte aromático al conjunto.
La ajonesa la elaboran con ajos blanqueados para que no resulte tan potente, y la salsean de esta forma tan porno por encima de la papa.
Culminan el conjunto con un sofrito (con su ajito y cebolla) de tomate bien batido para que quede fluido. El picante lo aporta la guindilla. Muy ricas.
RESEÑA 🍻🍴
Supongo que te habías fijado en que los tres colores de la salsas conforman la bandera italiana. Pues sí, esto es un restaurante con especialidades del país de la bota. Pero de las que molan, nada de mediocridades. Aquí todos los platos, y no solo de pasta, tienen una historia detrás, y cuidan hasta el más mínimo detalle. Los precios no son precisamente económicos, pero me parece un lugar ideal para sorprender a algún/a fan de este tipo de cocina en una ocasión especial.
Gran selección de vinos italianos, incluso a copas (te ponen tapita de obsequio), y una más que cotizadísima terraza con tan solo 2 mesas. ¡Reserva, que suele estar a tope! Ojo al 'cacio e pepe' y al cordero.
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