PATATAS 🍟🥔
Este tratamiento, en plan estrella de Hollywood en un balneario de lujo de los años 1930's, ya me gustaría que me lo dieran a mí... hierven patata de la variedad Monalisa lentamente y con limón. Mantienen la piel, y solamente se cortan en pedazos de talla M cuando llega la comanda. Ese es el momento en el que se dan un baño en aceite bien calentito para llegar a tu mesa crujientes y con la cutícula medio separada de la pulpa, que acentúa aún más el placer al morderlas.
SALSA 🌶🔥
Esta salsa roja me ha dejado boquiabierto. Después de probar centenares de patatas bravas, me encuentro con una salsa que contiene... ¡café! Sí, aparte de esa base de tomate seco y pimientos del piquillo (estos ingredientes sí que son más que habituales en muchas preparaciones), añaden el mayor remedio contra el sueño mundial.
La mezcla blanca sobre la que reposa esta original brava es un allioli comercial que se rebaja con mayonesa, para hacerlo más llevadero. Me sorprendió el resultado, es bastante agradable.
RESEÑA 🍻🍴
Belgious y su cerebro, Michel, tienen los helados más originales que he probado en mi vida (pásate por su local de Poblenou y pide lo que no está en carta). Pero en este espacio del Gòtic los combinan a la perfección con sus creaciones culinarias que, pese a ser de inspiración belga, no se reducen a moules-frites. La estrella siguen siendo los langostinos fritos con helado de curry (imprescindible), pero el flipe total es el salmón con helado de wasabi.
Había pasado unos quince trillones de veces por delante y, por estar en zona guiri, no le había prestado la más mínima atención. ¡Meeec! ¡Errooor! Dadle una oportunidad, en serio, al menos probad los platos que os he citado. ¡Ah! Y preguntad también por el plato que lleva helado de tomillo.
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