PATATAS 🍟🥔
Estos poliedros de patata de la variedad Agria se dejan con piel hasta el final, y yo los ubicaría en una clara talla M. Se procede con un pochado previamente a la fritura intensa en aceite de girasol cabreado.
Llegan a tu mesa (o, si has tenido suerte, a su extraordinaria terraza) calentitas y crujientes como ellas solas, porque esa piel rompiéndose es capaz de levantar a la estatua que preside la fachada de la iglesia de Sant Miquel del Port.
SALSA 🌶🔥
Me mola especialmente esta salsa roja tan guapa, que se elabora a partir de un sofrito casero con tomate pera natural. Se deja reducir con cayena 'ojo de pájaro', que es la que da ganas de creer en Dios y entrar a rezar en el templo adyacente.
El blanco acompañante es un allioli con ajo descorazonado que les sale de rechupete, porque es una mezcla de girasol con oliva. Para dejarte ya de piedra pómez, se culmina la tapa con una carne magra de cerdo artesana, adobada por ellos en pimentón y otras especias. Una barbaridad que figura siempre en el top del barrio marinero.
RESEÑA 🍻🍴
Su terraza es tan preciosa, y sus vistas tan conspicuas, que tendrías que hacerlo todo fatal para no llenarla. No es el caso de Jaume y su gente, familia de restauradores de la Barceloneta desde hace mil generaciones. Un ejemplo son estas bravas, pero si repasáis la carta, entendréis a qué me refiero. Por cierto, si os pasáis, preguntad por sus salones privados; yo creo que os van a sorprender...
No dejeis de encargar un arroz especial a @siscodiago
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