– Patata Agria en dados
– Allioli especial Mr. Fried
– Salsa brava para la ocasión con: habanero, jalapeños, chiles, curry y pimiento rojo ahumado
– Chorrito de aceite de chipotle
– Burger de POLLO FRITO
– Queso emmental
– Mayonesa dulce de chipotle
– Lechuga iceberg
– Pepinillo encurtido
– Ralladura de lima
– Pan brioche
Patata agria (la de freír) cortada en gajos (cada gajo en 3-4 trozos). Primero se confitan, se dejan enfriar y después se echan a freír asaco. Quedan muuuy crujientes.
Chorritos de salsa brava ahumada en forma de las curvas de la collada de Toses, y luego chorritos de la salsa rosa especial de la casa describiendo el trayecto del cremallera de Núria. Al final unos cuantos pegotillos de la salsa verde.
A esta plaza le llaman ya "la plaça de l'Empanat", o sea, que imagínate la influencia de este local en el barrio. Lo mismo que sus bravas, que han tenido que incorporar en la carta de los otros locales del grupo por aclamación popular. ¡No solo de hamburguesas vive el hombre!
·Denassus·
@denassus
🏙: C/ Blai, 53.
📝💶: 4€
Curioso corte en gajos estrechitos (mira bien el video, que te va a encantar la técnica) para una patata de la variedad Agria. Se aplican dos pasos de fritura: el primero a baja temperatura, y el segundo, a muy alta. Me encantó observar que algunos de los trozos suflan, es decir, se quedan hinchados, formando unas burbujas de aire que van a multiplicar el placer de una papa ya de por sí muy crujiente.
El cocinero, mi tocayo @eduardorionda, es un jugón bravista (bravero + artista) y se marca tres salsas como tres monumentos.
La roja es una reducción hasta la mínima expresión de un tomate italiano (obviaremos marcas) de esos que dan el extra de dulce. Para que se te despeje un poco la nariz al probarla (que estamos en Denassus, recuerda…) le añade guindilla, que va a acompañar a toda la mandanga que viene después.
La llamativa salsa verde es un allioli que queda teñido por el perejil. Había visto cosas parecidas, pero ninguna con AOVE, que aporta una frescura descomunal al conjunto.
Por si tenías miedo de quedarte sin mojar pan, se mancha la cumbre de la montaña salsera con un aceite de pimentón ahumado que ha tuneado con sriracha.
Mira que me habían advertido que me iba a encantar el sitio. Pero claro, cuando te sientas con esas bravazas y una caña de Alhambra muuuy bien tirada, tocas el cielo. ¿Y sabes lo más curioso? Que no es un bar de cañitas: es un bar de vinos. Pero de muy buenos vinos. Son especialistas en bodegas rarunas y @SergiDenassus & company te van a aconsejar de lujo, porque siempre tienen joyitas abiertas listas para servir por copas. En cuanto a la comida, solo decirte que todo, absolutamente todo, está a la altura de esas bravas: las croquetas de pato (estrella del lugar), el puerro… estamos hablando del mejor restaurante de toda la calle Blai, y de largo. Terraza muy solicitada: espabila o no cenas.
#Denassus #PobleSec
Curioso corte en gajos estrechitos (mira bien el video, que te va a encantar la técnica) para una patata de la variedad Agria. Se aplican dos pasos de fritura: el primero a baja temperatura, y el segundo, a muy alta. Me encantó observar que algunos de los trozos suflan, es decir, se quedan hinchados, formando unas burbujas de aire que van a multiplicar el placer de una papa ya de por sí muy crujiente.
El cocinero, mi tocayo @eduardorionda, es un jugón bravista (bravero + artista) y se marca tres salsas como tres monumentos.
La roja es una reducción hasta la mínima expresión de un tomate italiano (obviaremos marcas) de esos que dan el extra de dulce. Para que se te despeje un poco la nariz al probarla (que estamos en Denassus, recuerda…) le añade guindilla, que va a acompañar a toda la mandanga que viene después.
La llamativa salsa verde es un allioli que queda teñido por el perejil. Había visto cosas parecidas, pero ninguna con AOVE, que aporta una frescura descomunal al conjunto.
Por si tenías miedo de quedarte sin mojar pan, se mancha la cumbre de la montaña salsera con un aceite de pimentón ahumado que ha tuneado con sriracha.
Mira que me habían advertido que me iba a encantar el sitio. Pero claro, cuando te sientas con esas bravazas y una caña de Alhambra muuuy bien tirada, tocas el cielo. ¿Y sabes lo más curioso? Que no es un bar de cañitas: es un bar de vinos. Pero de muy buenos vinos. Son especialistas en bodegas rarunas y @SergiDenassus & company te van a aconsejar de lujo, porque siempre tienen joyitas abiertas listas para servir por copas. En cuanto a la comida, solo decirte que todo, absolutamente todo, está a la altura de esas bravas: las croquetas de pato (estrella del lugar), el puerro… estamos hablando del mejor restaurante de toda la calle Blai, y de largo. Terraza muy solicitada: espabila o no cenas.
#Denassus #PobleSec
Texto Personalizado
Curioso corte en gajos estrechitos (mira bien el video, que te va a encantar la técnica) para una patata de la variedad Agria. Se aplican dos pasos de fritura: el primero a baja temperatura, y el segundo, a muy alta. Me encantó observar que algunos de los trozos suflan, es decir, se quedan hinchados, formando unas burbujas de aire que van a multiplicar el placer de una papa ya de por sí muy crujiente.
El cocinero, mi tocayo @eduardorionda, es un jugón bravista (bravero + artista) y se marca tres salsas como tres monumentos.
La roja es una reducción hasta la mínima expresión de un tomate italiano (obviaremos marcas) de esos que dan el extra de dulce. Para que se te despeje un poco la nariz al probarla (que estamos en Denassus, recuerda…) le añade guindilla, que va a acompañar a toda la mandanga que viene después.
La llamativa salsa verde es un allioli que queda teñido por el perejil. Había visto cosas parecidas, pero ninguna con AOVE, que aporta una frescura descomunal al conjunto.
Por si tenías miedo de quedarte sin mojar pan, se mancha la cumbre de la montaña salsera con un aceite de pimentón ahumado que ha tuneado con sriracha.
Mira que me habían advertido que me iba a encantar el sitio. Pero claro, cuando te sientas con esas bravazas y una caña de Alhambra muuuy bien tirada, tocas el cielo. ¿Y sabes lo más curioso? Que no es un bar de cañitas: es un bar de vinos. Pero de muy buenos vinos. Son especialistas en bodegas rarunas y @SergiDenassus & company te van a aconsejar de lujo, porque siempre tienen joyitas abiertas listas para servir por copas. En cuanto a la comida, solo decirte que todo, absolutamente todo, está a la altura de esas bravas: las croquetas de pato (estrella del lugar), el puerro… estamos hablando del mejor restaurante de toda la calle Blai, y de largo. Terraza muy solicitada: espabila o no cenas.
Texto personalizado
Dejan a la patata de la variedad Agria con un poco de piel por fuera y aplican un par de frituras de manual para que queden crujientes por fuera y blandas por dentro. La ración no está mal, pero la recordaba más abundante. Que me corrijan los vecinos.
Esa fórmula más que mítica de allioli con aceite picante ha sido evolucionada hasta un nivel más elegante, acorde con el estilismo y las dos terrazas del local. Recomiendo muy muchísimo que degustéis esas dos salsas una noche de verano en su cenador interior. Es lo mejorcito de la zona.
La sombra del Bar Tomás de Sarrià es alargada, y cubre desde la zona más alta de la ciudad hasta todos los confines de la metrópolis, rebasándola, y penetrando por todo el Principado hasta Valencia, incluso llegando a algunos baretos de la cuna de las patatas a la brava: Madrid. ¿Como se iba a espacapar el noble barrio de Les Corts de esa invasión? Pues ahí las tenenemos, en plena Plaça de la Concòrdia, centro neurálgico del distrito, saliendo de la cocina a decenas durante todas las horas del día. Sin duda, son su tapa estrella.
Es una patata de la variedad Monalisa que, aunque queda tirando a blandengue, su melosidad y dulzor van a maridar perfectamente con las dos salsas acompañantes.
Allioli muy espumoso, con el brillo característico de este tipo de elaboración cada vez más extendida en la hostelería y que no es el ajoaceite tradicional, porque hay pocos valientes que puedan con él.
El aceite marronoso no es tremendamente picante, pero lo suficiente para alegrar un mediodía de vermuteo. Yo le encuentro notas de ñora y choricero, además del predominante toque ahumado del pimentón de la Vera.
Es un clásico del barrio. Sin él esta emblemática calle de Sants no sería la misma. Actualmente está trufada de locales de éxito, como La mundana, pero hace unos años nadie daba un duro por ella.
Resisten más que los chalecos carmesí del Dúo Dinámico, y deberías visitarlos al menos una vez en la vida para poder decir que has pisado este templo de l’esmorzar de forquilla, el menú del día obrero y los peus de porc de la iaia.
“Patata del cura”, una preciada variedad de Monalisa que no se suele usar casi nunca para freír, tratada con un mimo extremo. Se pocha a baja temperatura (unos 120ªC) y luego se deja enfriar, peeero… ¡cubiertas para que no pierdan humedad! (¡tachaaaaan, toma truco!). Cuando llega el momento de servir, se pasan por el mismo aceite pero a 70ºC más, con lo cual, se crea una corteza externa crujiente.
Alliolí único, conspicuo, que cubre como un manto las patatas y adquiere una consistencia y aspecto que recuerda incluso a una crema catalana. Se elabora con el aceite que sudan la sobrasada y el chorizo patatero. Se añade un poco de guindilla Ojo de pájaro y se levanta la emulsión con aceite de oliva y huevo. El resultado es estratosférico. Se rematan con aceite picante de pimentón, y te traen un poco más a la mesa por si quieres añadir leña al fuego.
Firmadas por mi admiradísimo @jordialk, sabía que eran caballo ganador por tres cabezas mucho antes de comprar los boletos de la QH. Con ese patio interior que, incluso en invierno (lo cubren y hay estufitas y mantas) es una maravilla de acogedor, resulta complicado que no disfrutes de una experiencia top en esta zona tan ‘upper’. Y es que otra cosa no, pero los pijos dominan el tema confort.
¡Crujen! ¡Sí, crujen! Con lo que cuesta que la Monalisa haga crunch-crunch y aquí se lo curran nivel Dios. ¡Menudas dos frituras que reciben! Eso es para que salga su foto en Wikipedia. Y, encima, no conservan la piel para que chisporroteen más, no, no, sin cutícula… ¡Hala! Tremendas.
¡Por fin! Un sitio en el que no tengo que pedir extra de salsas.
Mira que las he probado veces y su mezcla roja me sigue sorprendiendo: una base de pseudoromesco, es decir, picada de almendra y avellana tostada, ñora, pimentón y un poquiiito de tomate Mutti. La personalidad se la da el maravilloso pimiento dulce asado al horno y un poco de guindilla como carburante.
Este alud de blanco alpino es una sojanesa, veganesa, mayioli… vamos, que es una emulsión de ‘leche’ de soja con ajo y aceite. Es el acompañamiento perfecto de la anterior. El combo es de locos. Yo no me las perdería por nada del mundo.
Centenares de personas, no solamente yo, hemos aprendido aquí lo que es la cerveza artesanal de verdad. Dani y Nereo son unos masters de la fermentación e imparten cursos continuamente. Ya sea en su fábrica (a 20 metros de la cervecería) o por todo el país. El disfrute con sus 42 tiradores es máximo y, encima, se curran estas bravas, ahora totalmente veganas. Atentos, que esta peña va muy en serio.
VEGANAS y avaladas por @veganeando y por mí, con el sello #bravaneando
Chascan y maltratan de forma exquisita a una patata de la variedad Monalisa hasta que aparecen las deseadas puntillas en los vértices y aristas de unos imperfectos tetraedros de talla superior a una M. Me encanta la forma de potenciar la tipicidad de esta clase de tubérculo, que te llega bien dulzón y crujiente hasta la mesa.
Aquí la protagonista absoluta es una salsa rojiza, tirando hacia un cierto tono anaranjado, que lleva una tediosa elaboración. Recuerda a un romesco, con su textura grumosa pero suave, y llena de matices. Llama la atención un punto choricero que me aclaran que resulta del infusionado de unas puntas de ibéricos. Me dejó alucinado.
Se decora el conjunto con un lactioli blanquísimo, jugando con los contrastes de color, que se liga con ajos blanqueados para evitar esa potencia muchas veces ofensiva que desata el ajo.
“Iba a hacer un bistrot con quesitos, embutidos y… ¡me lié!” Así resume @ericbassetpro el portento que ha construido al ladito del @bobbysfree y que te va a dejar a cuadros en cuanto entres.
Joven, pero con una dilatada experiencia, ha reunido a un equipo que te va a tratar de lujo, tal como merece un espacio de estas características.
Una colección de recuerdos familiares salpican la curiosa decoración de este semisótano, que tiene varias estancias claramente diferenciadas: la zona de ‘bar à vin’ de la entrada da paso a la larga barra, con taburetes, que te introduce al salón principal y que (aquí sí) evoca a un bistrot, pero con aires neoyorquinos.
En cuanto a la carta, evidentemente, las especialidades francesas trufan la oferta, pero ha querido darle un aire más catalán, y casi todos los platos llevan algún ingrediente que te hará sonreír con orgullo de tus orígenes. Su pâté en croûte es ya famoso, pero no dejes de probar sus postres.
Al loro que ahora está a precio de ganga. Ya subirá, ya…
Hay que quitarse el sombrero ante la sinceridad de Aníbal Ginesta, el chef que me dio tooodos los detalles de una fritura tan particular. Y es que ejecuta una primera fritura intermitente a 140ºC para llegar a un ‘pseudopochado’. Estas Monalisas, cortadas al estilo ‘french fries’ (quizá algo más gorditas) quedan cremosas por dentro, y listas para la embestida final a alta temperatura. El cambio de aceite diario garantiza una nitidez en el sabor sin igual. Hay que brindar una cerrada ovación a estos cracks.
El allioli es tal como lo haría yo, pero con su experiencia, nace un auténtico portento: ajos asados y estrujados sobre una mezcla de aceite de girasol/oliva, y huevo. Color, suavidad y aromas espectaculares. Un diez.
La salsa roja es un sofrito de cebolla, tomate y un poco de pimiento morrón que se deja reducir durante horas. El picante lo aporta el chipotle, que confiere ese punto ‘ahumadobado’ tan característico. Potente y eficaz.
En esta preciosidad de local, Albert Ventura (Coure) se encarga de que, además de una extraordinaria fachada, haya arquitectura gastronómica de altísimo nivel. Con la intención de prestigiar una zona más que maltratada por el turismo masivo, se ofrecen platillos de la cocina más tradicional, la que se basa en el producto, a precios muy razonables.
Hay espacio también para caprichos: ostras por doquier, o un ‘corner’ de embutidos ‘Top’, con @ibericosmaldonado como protagonista. Poco a poco, parece que la calle Escudellers va a dejar de ser hogar solo para ‘tourist traps’ y carteristas de medio pelo.
@drbeerandmrfried
C/Riera Alta 33
- €
Plaça Masadas, 60.
5 €
